Es por todos conocido que, el mundo de televisión y el cine está rodeado de un aura de pomposidad, lujo y vanidad, que a muchos puede atraer (alfombras rojas, grandes presentaciones, …), pero que también puede conllevar efectos negativos.
No son pocos los famosos, tanto nacionales como internacionales, cuyos familiares estaban recelosos al principio de su andadura en este mundillo.
Así sucedió por ejemplo con el conocido presentador de Aquí hay tomate o Sálvame Deluxe, quién debido a una familia con ideas conservadoras, tomó la decisión de aparcar su sueño que era ser actor, para estudiar una carrera como periodismo. Su principal detractor fue su padre, quien no estaba nada por la labor de que su hijo se dedicase a andar haciendo esas cuestiones, en lugar de tener lo que él consideraba un trabajo de verdad. Posteriormente, su carrera mediática le abrió la puerta a realizar pequeñas colaboraciones teatrales en shows, volviéndose a avivar la chispa mágica de su faceta teatral. Ahora, Jorge Javier, forma parte de grandes obras de teatro, y él mismo ha manifestado que le encanta poder compaginar su trabajo en televisión con el teatro.
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Sin embargo, todo no son alegrías pues no son pocos los rostros conocidos que han sufrido las consecuencias de llegar a lo más alto para luego caer, como sucedió con Mel Gibson, el actor internacional.
Pese a que su trayectoria profesional es indiscutible, hubo un tiempo en que su vida tanto personal como laboral se vio envuelta en una suerte de adversidades. Gibson, llegó a la fama con rapidez debido a su gran carisma y dotes interpretativos, y hubo un momento en que todos los directores lo querían en sus grandes producciones. El neoyorkino no pudo mantener la presión de constantes fiestas y eventos, con producciones que requerían de grandes esfuerzos, por lo que se sumió en una espiral de malas costumbres.
Con frecuencia salía en fotografías o declaraciones en las que se le vía ebrio o drogado, y en las que hacía comentarios fuera de lugar; e incluso, llegar a salir a luz, una grabación en la que vejaba gravemente a su pareja. Se empezó a rumorear que incluso acudía a trabajar bajo la influencia de sustancias estupefacientes.
Mel, junto con su representante, tomaron la decisión de que lo mejor para el actor era tomarse un descanso, retirándose de la vida pública, para poder recuperarse de sus adicciones, aunque ello le costase no volver a aparecer en ningún largometraje más. Años después de su retirada, el director y actor de cine, volvió a la vida pública, sorprendiendo a todos con su mejoría.
Al contrario de lo que había sucedido en otras ocasiones, a Gibson se le acogió con los brazos abiertos a su vuelta, y él supo aprovechar el momento para volver a hacerse notar pero sin cometer los errores del pasado.