Desde que Rocío Flores apareciera en televisión por primera vez hace aproximadamente un año, si algo que ha dejado claro la malagueña es que pese a todas las malas experiencias que había acumulado con su madre, deseaba saber cómo se encontraba la empresaria y ver si era posible regresar a un relación madre-hija normal.
Sin embargo, y pese a que la joven lo dijo explícitamente ante la prensa, Rocío Carrasco no ha querido mover ficha, si no que ha preferido dejar las cosas como estaban hasta antes, esto es, hacer oídos sordos ante las palabras desesperadas de su hija.
Rocío Flores sigue con su vida
La hija mayor de Antonio David Flores ha decidido no esperar nada más de la mujer de Fidel Albiac, no es que le niegue la puerta a un reencuentro por rencor, es que simplemente no quiere vivir con la esperanza diaria de recibir una llamada, pues hasta ahora ha estado esperando que algo que posiblemente no ocurra jamás.
Por ello, Flores se ha centrado en los estudios que ha retomado, en su nueva vida como influencer, y como no en la nueva fase amorosa por la que está atravesando, ya que se ha independizado junto a Manuel Bedmar gracias al dinero extra que obtuvo por ser parte de Supervivientes.
Rocío se siente plena gracias al amor que sus amigos y familia le dan, pero si hay alguien a quién ame por encima de todas las cosas es a sus hermanos, ya que ella misma lo expresó cuando fue parte del reality grabado en Honduras, era a los que más añoraba pues solían pasar todo el día juntos.
En consecuencia, es normal verla pasear junto a David y la pequeña Lola, esta última hija del matrimonio entre Olga Moreno y Antonio David, y hace unos días colgó una historia en sus redes sociales remarcando que eran lo que más quería en la vida.