La contención durará al menos hasta bien entrado mayo. La Convención acaba de aprobar la extensión del estado de alerta hasta el 26 de abril, el Ejecutivo adelantó este jueves que solicitará una tercera extensión hasta el 10 de mayo. Existe un consenso político al respecto, pero a cambio, el presidente Pedro Sánchez ve cómo se aleja cada vez más un gran pacto de <<reconstrucción social y económica>>; una especie de pacto de la Moncloa que se complica por la negativa del PP y las reticencias del resto de los grupos. El Sr. Sánchez hará un llamamiento a los partidos, agentes sociales y autonomías la próxima semana debido al huracán económico que se aproxima.
El Congreso aprobó este jueves por abrumadora mayoría, como se esperaba, la continuación del estado de alerta en España hasta el 26 de abril a causa de la epidemia de Covid-19: los partidos independentistas se abstuvieron y sólo Vox y la CUP votaron en contra. En medio del debate, el Presidente Sánchez mostró que hay una idea generalizada de que esto no será suficiente. Habrá otra solicitud de prórroga que llevará al encierro hasta el 10 de mayo, aunque todavía es pronto para conocer los detalles: el ejecutivo ha insinuado que está pensando en una flexibilización muy gradual de las restricciones y según los datos de contagio. El estado de alerta va a ser largo: esto fue claramente expresado en el Congreso. La otra certeza que salió de la sesión parlamentaria fue la enorme dificultad del Ejecutivo para promover un gran pacto nacional, en la línea de los Pactos de la Moncloa.
Sánchez defendió su gestión, con poca autocrítica, declaró que el estado de alerta se prolongará y pidió a los partidos que asuman sus responsabilidades en casa, con este pacto de Estado, y en Bruselas, para presionar a la UE para obtener una respuesta europea adecuada a la crisis sanitaria y económica. Pero se encontró una fuerte oposición durante las más de 11 horas de debate. El PP considera este posible pacto como un «trampantojo» para que Sánchez pueda ocultar su responsabilidad en la gestión de esta crisis. Vox no apoyará nada en absoluto, ya que sólo quiere que el gobierno renuncie. Y los partidarios del diálogo están dispuestos a abrir el debate, pero son cautelosos: el gobierno sólo ha informado de sus intenciones, pero aún no ha dado un solo detalle que permita ver a dónde quiere llegar. A pesar de ello, la gran mayoría de los grupos tomarán la llamada del Presidente la próxima semana, incluido el PP, aunque Sánchez aún no ha especificado el formato o la agenda de la reunión.
El presidente anunció que convocará a partidos, sindicatos, patronales y comunidades autónomas. En la convocatoria participarán los dirigentes sindicales de UGT y CC OO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, así como el presidente del sindicato mayoritario de servicios públicos (CSIF), Miguel Borra, y el jefe de la CEOE, Antonio Garamendi.