Igual que le ocurre al común de los mortales, a nuestros rostros más conocidos, la presión de las imperfecciones en el aspecto físico también les ataca, y además, al tener cámaras persiguiéndoles constantemente se ven más expuestos a críticas, y recurren a ciertos métodos para disimularlos.
Hace no mucho podíamos ver unas fotografías de la conocida colaboradora de programas del corazón, Belén Esteban, entrando a una centro estético. A la ex de Jesulín se la vio demacrada, con ojeras, patas de gallo y arrugas muy pronunciadas, desde luego que el tiempo aislada en su casa no le parece haber sentado nada bien.
La Princesa del Pueblo tiene casi cincuenta años, y el tiempo no pasa en vano, aunque no lo quiera reconocer.
En su última entrevista ella misma anunció lo siguiente:
Puede que me vaya de Sálvame. Lo estoy pensando porque he tenido ofertas de otros programas. Pero no lo sé… Ahora tengo que pensar en mí… Me encantaría tener un bebé y a Miguel, también….
Tras tantos años en el medio, la madre de Andrea Janeiro sabe perfectamente que una retirada a tiempo es una victoria, y es que su tiempo en la televisión parece estar agotándose, su popularidad ha caído en picado, y está harta de las peleas.
En esta nueva etapa, la ex gran hermana parece preferir centrarse en su familia, pues anunció:
Miguel tiene la ilusión de casarse en Paracuellos, y lo vamos a hacer el año que viene. ¡No lo saben ni nuestras familias! Sólo irán mi familia y mis amigos más allegados.
Todo apunta a que Belén comenzaría a cuidarse más, pero sólo para centrarse en su bienestar y ya no en el qué dirán como sucedía en el pasado, y que aceptaría las propuestas laborales que tiene para poder centrarse en su intento de ser de nuevo madre con Miguel.