Olga Moreno lo ha intentado de nuevo pero ha presenciado como todas y cada una de sus estrategias caían. Por eso, ahora mismo es la princesa del pueblo quien tiene la clave de todo.
Este mediodía vamos a ver a la mujer de Antonio David Flores, y a Belén Esteban en los juzgados de Plaza Castilla. Ambas están siendo investigadas y, con el asesoramiento de sus abogados, tendrán que responder ante el juez por el presunto delito de revelación de secretos.
En cambio, a quien no veremos es a Rocío Carrasco, que no tiene que acudir al juzgado a pesar de que su presencia hubiera sido requerida por las defensas. A esta petición respondió el juez, recordando que Rocío Carrasco no tiene que acudir al juzgado porque no le corresponde.
Un último intento de eliminar la defensa de la esposa del ex guardia civil, que intentó por todos los medios evitar su presencia física en los juzgados. Quizás para evitar los numerosos medios de comunicación. De hecho, y según hemos podido confirmar, las declaraciones de los dos declarantes estaban previstas para hace varias semanas, pero la tormenta Filomena retrasó la fecha del juicio.
Además la defensa de Olga Moreno solicitó al juez que la declaración de su cliente se realizara por medios telemáticos, pero no fue más que otra petición ignorada por el juez, quien fijó el día de hoy como último día para su interrogatorio.
Belén Esteban puede ser la clave
«Belén está confiada. Confía en su abogado y tiene muy claro que dará respuestas claras a todas las preguntas que le haga el juez».
La madre de Andrea Janeiro también está inmersa en estas diligencias, ya que sólo ella tendría las claves de todo este embrollo penal. La declaración de Belén será fundamental para determinar quién y con qué intención obtuvo la información, o si la colaboradora obtuvo la información por algún otro medio, que no fuera la mujer de Antonio David Flores.
Belén Esteban se muestra muy confiada ya que dará respuestas claras a todas las preguntas que le haga el juez. Pero en cuanto a lo que ocurra dentro de los juzgados de Madrid, habrá que esperar al final de las declaraciones.
En el otro lado, Rocío Carrasco prefiere mantener el silencio y confiar en que la Justicia le dará una respuesta y se niega a hacer ninguna otra declaración. Carrasco lleva varios meses luchando por este asunto, que fue rechazado en un primer momento por los juzgados de Alcobendas, pero que después de su recurso ante la Audiencia Provincial, el caso fue remitido al juzgado competente.
Ya están todas las cartas sobre la mesa, por lo que ahora sólo queda esperar y ver si logran aclarar definitivamente si Rocío Carrasco tiene o no razón. Y la verdad que no es para tomárselo a broma, ya que el delito de revelación de secretos está castigado con penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses.