Rocío Flores ha sido la sorpresa televisiva de este año. Mediaset puso sus ojos en la joven cuando debutó como defensora de su padre en Gran Hermano VIP 7, algo tan sorprendente como la entrada de Antonio David Flores en la casa de Guadalix de la Sierra.
La joven recibió una tentadora oferta para participar en Supervivientes 2020. Hasta el momento, ha estado compitiendo durante 11 semanas seguidas y está repartiendo buenas dosis de realidad y lealtad.
Durante su estancia en el reality, ha sido noticia constantemente. A veces por sus peticiones de comunicarse con su madre Rocío Carrasco, en otras por sus duros enfrentamientos con Yiya, que llegó a acusar al programa de tongo por ella. Las primeras semanas con Yiya fueron terribles. La hija de Antonio David Flores recibió duros insultos por parte de la extremeña, tanto que el programa incluso la castigó con una nominacón disciplinaria. Antes de que fuera expulsada, ambas hicieron borrón y cuenta nueva.
Pero no fue la única persona a la que se enfrentó. Su relación con Ana María Aldón no fue nada cordial durante las primeras semanas de la competición. Y sorprendentemente, un mes y medio después de su buena relación, se enfrentaron con Avilés por querer conseguir una exclusiva de Rocío Carrasco.
La audiencia también la acusó de favoritismo, lo que la hizo enojar:
Estoy muy enojado por la prueba. Creo que es injusto que Rocío no haya jugado la final de la prueba. Dicen que siempre me quejo, pero hoy es una injusticia.
Además, el público se queja de que se le ve comer más a menudo que a los demás y que hace lo justo como superviviente.
Si hay una cosa cierta, es que Rocío Flores ha tenido momentos muy duros en su concurso. Ha tenido varios ataques de ansiedad debido a sus enfrentamientos y tras querer saber si su madre estaba bien. Nadie sabe quién ganará el concurso pero son muchos los que apuestan por ella, lo que sí está claro que si Rocío Carrasco hace algo, será cuando su hija regrese a España.