Este curso podría terminar durante la enseñanza obligatoria y centrar el material didáctico en los alumnos más vulnerables, mientras que en la enseñanza postobligatoria sería necesario garantizar que los alumnos adquieran las aptitudes y los conocimientos que «son una garantía de los diplomas que recibirán».
Así lo dijo Daniel Gabaldón, catedrático de sociología de la Universidad de Valencia y especialista en educación, en una entrevista telefónica con la agencia Efe, pidiendo «mano ancha» y ser «razonable y pragmático» y no obsesionarse con la idea de terminar el curso, enseñar todo el contenido o completar todos los libros.
En las fases obligatorias (primaria y secundaria) «no es tan malo decir ‘terminaremos el curso como lo terminamos’, ya que los menores pasan diez años en el sistema y muchos contenidos se repiten durante el curso, por lo que las preguntas que necesitan ser reforzadas o compensadas se pueden hacer «en algún momento».
«Hemos completado dos tercios del actual año escolar», explica este sociólogo, que argumenta que el curso «podría terminar tal cual» y podría «centrarse en proporcionar apoyo educativo a los grupos e individuos que están en el sistema y que tienen dificultades».
El Sr. Gabaldón considera que no es necesario que «todos los niños de todas las familias tengan cursos en línea», ya que muchos de ellos ya han alcanzado las metas del año escolar y tendrán lo suficiente para seguir leyendo o mantener la socialización con sus compañeros.
Otros, en cambio, han luchado incluso antes de la suspensión de las clases y la declaración del estado de alerta, y esto no es más que un «ensanchamiento de la brecha» de la desigualdad. En este sentido, cree que los fondos públicos y el «músculo educativo» deberían utilizarse para ayudar a las familias que «ya han sido desfavorecidas y están aún más desfavorecidas por esta situación».
Módulos en línea en la universidad
En las fases postobligatorias, como la universitaria o la de formación profesional (FP), Gabaldón considera necesario asegurar que los estudiantes puedan adquirir las aptitudes y conocimientos que garanticen las calificaciones que adquirirán, y «crear módulos ad hoc para completar esta formación».
Sugiere que la formación que se puede completar a través de Internet y la que no se puede completar se reanude después de volver a la enseñanza presencial. «Los diplomas tienen una garantía detrás de ellos, y debemos asegurarnos de que la gente tenga la formación que el diploma reconoce», dice.
En cuanto a las pruebas de acceso a la universidad (PAU), el profesor cree que las pruebas deben cubrir las materias que se enseñan en los dos primeros semestres, cuando todavía hay enseñanza presencial y los profesores pueden supervisar personalmente la adquisición de conocimientos.
Diferencia con los recursos
«Tratar de progresar más a estos niveles significa dar más ventajas a los que están en mejor posición» y ampliar una brecha que seguirá existiendo ya que los estudiantes que tienen recursos en casa pueden, sin estos recursos, «estudiar a un nivel más competitivo que alguien que está en un entorno».
Este sociólogo cree que esta situación dará, en general, un impulso a la sociedad, ya que hará que los ciudadanos sean más competitivos en los ámbitos de la educación y la comunicación virtual y a distancia, especialmente cuando los recursos lleguen a los más necesitados.
«Siempre hay obstáculos y beneficios, pero en general será un estímulo positivo», incluso para los profesores, añade, porque «muchos tenían esta cosa de la nueva tecnología como algo muy joven» que no les afectaría, y ahora están entrando en contacto con ella, dice.